[su_quote]Por; Josué Quintana Gómez, Periodista ambiental[/su_quote]
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras [/su_heading]
Pese a la “nueva normalidad” que sigue en configuración por el COVID-19, este 22 de abril será muy parecido a los anteriores en este Siglo XXI. En las redes sociales se difundirán millones de contenidos y mensajes reflexivos sobre la crisis climática, contaminación, pérdida de la biodiversidad, sostenibilidad y sobrepoblación, todo lo anterior para conmemorar el Día Internacional de la Madre Tierra, algo que no está mal, pero que sin cambios de actitud no sirve para honrar a “nuestro amado planeta”, que como especie humana (Homo sapiens) habitamos desde hace unos 200,000 años.
Indudablemente que gracias a las redes sociales la mayoría internautas viven curtidos de informaciones (falsas y verdaderas), entretenimiento, distracciones y hasta ilusiones; no todo lo que subimos es un buen ejemplo para nuestros “seguidores” y a veces es hasta nocivo para la fauna de nuestra Madre Tierra. Un ejemplo claro es que ahora con los celulares y cámaras aficionadas muchos presumen fotografías poco inusuales con mascotas exóticas.
Entiendo que muchos se excusarán: “amo a los animales” y por ello poseen pájaros en sus casas, pero no se imaginan el episodio trágico que sufrió ese polluelo cuando fue robado de su nido. Particularmente, también me encantan las aves y amo verlas en libertad, en el bosque, en los cielos, el mar, las playas, fincas y hasta en jardines.
En Honduras, varias especies de pájaros psitácidos (loros y papagayos) están presos en miles de hogares y centros turísticos, pese a su condena ellos alegran a sus amos con gritos, repetición de frases o palabras y coloridos plumajes. Lo que muy pocos saben es que cuando los ladrones de nidos suben a la copa de los árboles y toman a los polluelos, en la mayoría de los casos tienen que matar a los padres porque ellos los enfrentan con sus poderosos picos.
Hoy 22 de abril, en este Día de la Tierra, hay una nueva oportunidad para reflexionar si actitudes como esta son justificables, pues el tráfico de fauna es uno de los cinco negocios ilícitos más grandes del mundo. En nuestro país, esta actividad opera a vista y paciencia de las autoridades ambientales, quienes ni se inmutan.
Otros influenciadores o internautas “amantes de la fauna”, incluso van a los centros turísticos y se retratan con animales exóticos como si fueran juguetes, presumen fotos y evidencian su falta de conciencia. Otro buen ejemplo, es que durante los últimos años cientos de perezosos fueron llevados desde La Mosquitia (Gracias a Dios, noreste de Honduras) hasta isla de Roatán, un destino turístico creciente en el mar Caribe. Pareciera que la autoridad ambiental es timorata.
Otra gran aberración que cometen los internautas “admiradores de la naturaleza” es fotografiarse con la vida marina, con la complicidad de presuntos guías turístico que los llevan a los santuarios. Para los ambientalistas ellos no son guías sino simples acompañantes de turistas porque es inaudito que un guía que se beneficia de los recursos, se preste para destruirlos.
Particularmente, recomiendo a los bañistas que llegan a nuestras playas en los departamentos de Cortés, Atlántida, Colón, Gracias a Dios, Islas de la Bahía, Choluteca y Valle, que no contraten a simples acompañantes y busquen guías que respetan a la naturaleza.
Parece que nos hemos vuelto insensibles, porque ahora ver fotos de alguien, en las redes, con un coral, estrellas, caracoles, medusas y erizos, es lamentable. Todos estos animales se estresan al ser sacados repetidamente por varios minutos para simplemente tener una foto. Varios mueren al subir a la superficie y evidentemente esto es un perjuicio contra la biodiversidad.
Bajo las aguas del Caribe hondureño hay varios arrecifes, algunos son de los más sanos en todo e importantes para la ciencia en el Arrecife Mesoamericano, un maravilloso ecosistema que comparten México, Belice, Guatemala y Honduras. En el Internet hay información sobre el tema, solamente es de buscar para empoderarse, involucrarse y conservar.
Creo, que, en cualquier momento todos nos podemos fotografiar con un animal salvaje que esté cautivo para fines de conservación, educación ambiental o como atractivo turístico, pero poco deberíamos pensar y preguntarnos si es necesario simplemente hacerlo ego.
En este 22 de abril, Día Internacional de la Tierra celebremos al planeta, hagamos una determinación por aprender más sobre nuestro hogar, apreciemos todo lo que está a nuestro alrededor y respetemos. Aprendamos a coexistir con los demás organismos, que son nuestros medios hermanos, también hijos de la Madre Tierra.
En nuestras ciudades, comunidades y en el Internet, podemos informarnos sobre causas ambientales, hoy se celebra el día de nuestro planeta, pero los cambios de actitud positiva son oportunos siempre. ¡Feliz Día de la Tierra a todos!