*** La recuperación de los negocios es poca o nula, ya que el sector turismo ha sido uno de los más golpeados.
[su_pullquote]Por Oscar Banegas[/su_pullquote]
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras [/su_heading]
La ciudad de Comayagua ha sido reconocida por ser uno de los epicentros del turismo en Honduras, debido a su estructura e historia colonial que la ha posicionado dentro de los destinos más visitados, a raíz de eso, el desarrollo de la economía ha sido favorable para los habitantes que tienen negocios en la localidad.
Sin embargo, la crisis económica generada por la pandemia de Covid-19 ha impactado en la actividad comercial y turística del país, y tras el avance de la pandemia a más de un año de su comienzo, los negocios se vieron obligados a implementar otras formas de desarrollo para evitar el colapso de los locales.
Al respecto, Hondudiario contacto con el propietario del local de comida, Burridogs, ubicado en el Pasaje La Alameda, famosa parte de la ciudad colonial por ser comparada como una “pequeña Paris” en Honduras.
La fuente, quien prefirió no revelar su nombre, aseguró que la recuperación de su negocio es nula, ya que el sector turismo ha sido uno de los más golpeados.
Una operatividad difícil
‘‘La operación es más difícil, debemos cumplir con lo establecido por las autoridades y apoyar a reducir el riesgo de infección, en el cual estamos conscientes y por ello tomamos las medidas de bioseguridad para nuestros clientes, como para nuestros colaboradores’’, dijo el propietario de Burridogs, negocio inaugurado en 2019.
El cumplimento de la ley, los cierres a horas tempranas, impide un mayor volumen de venta, algo que afecta a BurriDogs y negocios similares al estar ubicados en el Paseo La Alameda, una parte turística de la ciudad, y que es preferida en horas de la noche.
‘‘Las ventas son más nocturnas y el cumplimento nos impide llegar a metas, ha sido todo un reto poder hacer frente a los compromisos financieros’’, añadió.
“Gracias a Dios, nos mantenemos en un punto casi de equilibrio, sin embargo, nos ha tocado despojarnos o perder bienes para mantenernos, ha sido muy difícil”, reiteró.
A pesar de que la economía está en una aparente recuperación en los últimos meses, el propietario de Burridogs, expuso que, para Semana Santa, se esperaba un repunte, y no fue así.
No hay recuperación
Siendo Comayagua el destino de turismo religioso por excelencia, en un segundo año consecutivo no se realizaron las famosas alfombras. Esto provocó que la llegada de visitantes se dispersara y no se diera el volumen que se esperaba, aún el sector hotelero no reportó mucho movimiento, es decir reservaciones.
“Estuvimos por 6 a 8 meses sin operación, reaperturamos en noviembre del 2020, llevamos 5 meses prácticamente y no hay recuperación, hay más compromisos financieros, y el deseo de salir adelante en medio de todo esto”, contó.
Una puerta para la ciudad
Sobre la inminente apertura del Aeropuerto Internacional de Palmerola que podría generar un mejor flujo de visitantes y turistas, la fuente comentó que es posible que la terminal permita contar con un porcentaje mayor de visitas a la ciudad y esto aumente las ventas.
“Recordemos que un aeropuerto es para tránsito, sin embargo, se abre una ventana o puertas de oportunidades para toda la ciudad, al hacer programas turísticos que promuevan la ciudad a todos estos viajeros, y esto podría tener un impacto grande al interesarse en conocer la ciudad, su historia, gastronomía, atracciones, centros y demás’’, afirmó el dueño del restaurante.
Cerrar no es opción
Por lo tanto, el propietario de Burridogs mantiene las esperanzas, y en dado caso de que las ventas no mejoran, confirmó que cerrar local de comidas no es opción para él. Reinventarse sería la mejor manera, y que están aún trabajando en ello por si esto no llegará a mejorar.
“Ha sido duro estar cerrado por más de siete meses, debemos reinventarnos, alternativas como venta por medio de deliverys, redes sociales, web, entre otros”, concluyó.
Según datos del Banco Central de Honduras (BCH), el sector hotelero y restaurantes es el más afectado por la crisis sanitaria y económica del país, al caer un 30.4 por ciento en comparación con febrero del 2020, cuando este rubro creció significativamente en un 8 por ciento.
Los restaurantes y negocios similares se encuentran en una etapa de recuperación luego del confinamiento que los mantuvo cerrados por varios meses durante el año anterior, pero la incertidumbre, las pocas ventas y la falta de una vacuna que permita una reactivación total de la economía, hace más lenta una mejoría financiera para los puestos de comida.