***Grandes monumentos, como el Arco del Triunfo en París o el Big Ben de Londres, cancelan los fuegos artificiales pero Sudáfrica, donde comenzó la nueva ola de contagios, ha levantado sus restricciones al considerar que lo peor ya ha pasado.
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras[/su_heading]
Otro año, otra variante del coronavirus.
Al igual que lo hizo el año pasado con la variante delta del COVID-19, este viernes termina 2021 con la expansión de una nueva cepa del coronavirus, echando por tierra las esperanzas de que el fin de la pandemia podría estar a la vista.
Y aunque hasta ahora la nueva variante, ómicron, parece tener síntomas más leves y menores tasas de hospitalización y muerte, muchos países de todo el mundo están siendo precavidos y reduciendo sus celebraciones para recibir el Año Nuevo.
No habrá espectáculos tradicionales sobre la mayoría de los monumentos del mundo y se han cancelado los fuegos artificiales en el Arco del Triunfo de París, el Big Ben de Londres y las Torres Petronas de Kuala Lumpur, capital de Malasia.
Una notable excepción es Australia, donde los espectaculares fuegos artificiales sobre el puerto de Sydney siguieron adelante a pesar de un creciente brote de contagios.
“Lo que me gustaría que la gente hiciera mañana por la noche es disfrutar de la velada”, dijo el jueves el primer ministro, Scott Morrison, en una rueda de prensa.
Dominic Perrottet, primer ministro de Nueva Gales del Sur, la región que incluye a Sydney, dijo esta semana que la gente debería “salir y disfrutar del Año Nuevo”, incluso cuando el estado reportó un récord diario de más de 20,000 casos el viernes.
La actitud permisiva de las autoridades australianas contrasta con la del año pasado, cuando los residentes de Sydney necesitaban un permiso para entrar en el Distrito Central de Negocios y se les advertía que no debían darse besos y abrazos a medianoche.
Junto con Australia, uno de los primeros lugares del mundo en dar la bienvenida a 2022 es Nueva Zelanda, que aún no ha informado de ninguna propagación comunitaria de la variante ómicron.
Los temores del virus llevaron a cancelar los espectáculos de fuegos artificiales en todo el país, pero un espectáculo de luces de medianoche siguió adelante en Auckland. Hace poco que se levantaron las restricciones en la ciudad, la mayor de Nueva Zelanda, que estuvo cerrada durante 107 días tras un brote de delta en agosto.
“Ha sido muy positivo porque, obviamente, hemos estado encerrados”, dijo Eleanor Rawson por teléfono desde el bar Mo’s en Auckland, donde celebró el Año Nuevo con amigos a las 6:00 de la mañana (hora de la costa Este en EE.UU.).
“Es la primera vez que salimos y podemos mezclarnos, así que nos sentimos muy bien”, agregó.
Rawson espera un “estilo de vida seminormal” en 2022, y que “la gente encuentre un sentido de equilibrio para sí misma y un sentido de felicidad”.
En China, donde 13 millones de personas de la ciudad de Xi’an llevan más de una semana encerradas por un brote de coronavirus semanas antes de los Juegos Olímpicos de Pekín, se han cancelado eventos en múltiples ciudades. También se ha pedido a los ciudadanos que no viajen durante el próximo Año Nuevo Lunar, la fiesta más importante de China, lo que supone el tercer año consecutivo en que se ve afectada por la pandemia.
En Hong Kong, las autoridades pidieron el viernes al público que no asistiera a los eventos de Año Nuevo, pero no los cancelaron, mientras el territorio chino confirmó sus primeros casos de transmisión local de la variante ómicron. El espectáculo anual de fuegos artificiales ya había sido cancelado, aunque habrá un concierto al aire libre con la popular banda de chicos de Hong Kong Mirror.
Los fuegos artificiales siguieron adelante en Taiwán, que está prácticamente libre de COVID-19, con el rascacielos Taipei 101 iluminándose planta por planta en lo que los organizadores describen como “la mayor cuenta atrás de Nochevieja del mundo”.
Las celebraciones fueron más apagadas en Corea del Sur, que el viernes terminó el año ampliando las normas de distanciamiento social más estrictas durante dos semanas. Estas normas incluyen el cierre de los restaurantes a las 9 de la noche y la limitación de las reuniones a cuatro personas totalmente vacunadas, informó Reuters.
En Corea del Norte parecía prevista una celebración de Año Nuevo en la capital, Pyongyang, cuando Kim Jong-un cumple 10 años en el poder. Se montó un escenario en la principal plaza central, informó NK News, citando su análisis de imágenes de satélite.
En India, las celebraciones de Año Nuevo se han visto obstaculizadas en gran medida por los toques de queda y otras restricciones en ciudades importantes como Nueva Delhi y Bombay.
Una rara buena noticia para los que esperan celebrar el Año Nuevo por todo lo alto llegó desde Sudáfrica, que levantó el toque de queda que impedía la circulación de la gente desde la medianoche hasta las 4 de la madrugada, por considerar que el país ha superado el pico de su cuarta ola de COVID-19 impulsada por la variante ómicron.
Los habitantes de la provincia canadiense de Quebec tendrán que volver a casa mucho antes de la medianoche del viernes, ya que entra en vigor un toque de queda de 10 de la noche a 5 de la madrugada. Describiendo la situación como “extrema”, el primer ministro, François Legault, dijo el jueves que también se cerrarán los comedores de los restaurantes y se prohibirán las reuniones privadas. Telemundo/Hondudiario