***“El Papa Francisco nos ha pedido perder por los países en guerra y por nuestra Honduras, dónde impera el crimen, la violencia, la extorsión”, acotó el representante de la Iglesia en Honduras.
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras[/su_heading]
El cardenal Óscar Andrés Cardenal Rodríguez, en la eucaristía de la Natividad del Señor oficiada desde la Basílica de Suyapa, expresó que la celebración del nacimiento de Jesús no es un hecho meramente histórico, sino mucho más, es Dios que viene a nuestro encuentro y nos recibe a todos en nuestra condición humana frágil y limitada.
En ese sentido, el jerarca religioso enfatizó que el nacimiento de Jesús asume la condición de un niño pequeño. En el principio ya existía el verbo como citan las sagradas escrituras precisamente en los cuatro evangelios.
Por lo anterior, consideró que Honduras debe recibir a Jesús -entender el sentido de la Navidad- con los brazos abiertos porque trae consigo la paz, en una población álgida de justicia, donde existe una guerra que generan las maras y pandillas quienes matan y cometen muchos crímenes solo por extorsión.
“Y el verbo se hizo carne y acampó entre nosotros y hemos contemplado su gloria esta es la afirmación fundamental del evangelio de este día de Navidad en qué celebramos el nacimiento de Jesús qué no es un mero hecho histórico, sino mucho más, es Dios que viene a nuestro encuentro y nos recibe a todos en nuestra condición humana frágil, limitada, él asume la condición de un niño pequeño indefenso como todos”, indicó el cardenal.
Añadió que la palabra griega: logos significa mucho más que el sentido de la misma palabra porque encierra en sí la razón de todo “en el principio estaba el amor qué es el sentido pleno que sustenta todo, antes no existía la nada, porque de la nada nunca nace nada, en el principio existía alguien y este era el misterio del amor y este es el origen de todo, de él surge el gran designio de Dios y del Padre que se llama vida”.
Reiteró que en Navidad, toda la humanidad celebra la vida y es que estamos sumergidos en un océano inmenso de amor que nos sobrepasa, qué nos rodea por todas partes y añade que San Juan, insiste en que el verbo era la luz verdadera que alumbra a todo hombre triste, es la luz interior que ilumina la oscuridad y el corazón con la claridad de su amor, que es más fuerte que cualquiera de las tinieblas y tormentos.
“Jesús vino a su casa y los suyos no lo recibieron, no es una metáfora piadosa decir que Dios llegó a su casa, pero no lo atendieron, eso quiere decir que en todos nosotros tenemos una dramática capacidad de poder rechazar el amor, elegir el camino que lleva a la vida o en el que podemos malograrla, significa nuestra propia ceguera en la que podemos confundir la luz con la oscuridad, puede ser que hoy incluso Dios, no encuentre casa entre tantas personas”, dijo.
El líder religioso indicó que Dios no puede encontrar casa donde domina el hambre, la violencia, la guerra, la mentira, el odio y la injusticia en un mundo en que perpetúa este tipo de males, no le recibe porque no quiere recibirle por eso hoy en la fiesta de la Navidad debe ser alegría, no simplemente de desvelo y resaca, debemos tener espacio para Dios en nuestra vida, especialmente, cuando Él trata de venir a nosotros y esta Navidad es una oportunidad para ello.
¿Tenemos en realidad tiempo para Él? ¿Cuántas veces se repite este pensamiento del apóstol? dónde dice vino y los suyos no lo recibieron y ahí no termina todo, porque el mismo evangelista dice: el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, explicó que, a veces las traducciones ponen que el verbo se hizo hombre, no es de acuerdo al texto original griego, si no significa la condición existencial del ser humano, es decir que en Jesús, Dios ha asumido nuestra condición humana: frágil, con todas sus limitaciones, debilidades y vulnerabilidades, por eso podemos decir con alegría que la palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, Dios no fingió ser humano.
Celebrar la Navidad es celebrar el misterio de la encarnación porque asume nuestra condición humana, no fingió serlo, es cuando Dios se atreve a hacerse carne, humanidad e historia y a tomar sobre sí, las miserias de los pecados los desvaríos de la humanidad pero también todo lo bueno y lo bello, Dios no asumió una humanidad abstracta, se hizo una persona histórica en Jesús de Nazaret, quien conoció personalmente la sed, el hambre, la soledad, la traición, las lágrimas por la muerte de un amigo, la alegría de la amistad, las tentaciones y el horror a la muerte; en Jesús, Dios aceptó la fragilidad y la impotencia nuestra, esto es profundamente liberador, tenemos que asumir siempre con madurez nuestra fragilidad y percibir que Él nos acepta y nos recibe justamente nuestra propia fragilidad tal como somos.
Recordó que el evangelio termina diciendo que han contemplado su gloria propia y única del hijo del padre lleno de gracia y de verdad. San Juan utiliza la pluralidad quiere decir qué es toda la comunidad que ha contemplado el resplandor de la vida en el nombre de Jesús el señor, la vida es más poderosa que la muerte, que la guerra de esos infiernos modernos, donde el mundo nos lleva por egoísmo, por deseo de poder y de dominar.
“El Papa Francisco nos ha pedido perder por los países en guerra y por nuestra Honduras, dónde impera el crimen, la violencia, la extorsión”, acotó el representante de la Iglesia en Honduras. “Ven Señor Jesús, porque tú eres nuestra paz”, con esta súplica, concluyó el mensaje de Su Eminencia Óscar Andrés Cardenal Rodríguez. GO/Hondudiario