Una Política Desastrosa
La Política de la Miseria: la Traición a Taiwán
No cabe ninguna duda que el camino que sigue el actual gobierno está muy alejado de la promesa de acabar con la pobreza y la corrupción; el único objetivo y propósito es conducir a Honduras por el camino de los ya fracasados y empobrecidos países del socialismo del siglo XXI.
Todas las acciones que ha tomado el gobierno están dirigidas a acabar con la democracia del país, es la llamada refundación del país que solo significa instalar una dictadura en la cual los gobernantes son y serán los mismos familiares y sus descendientes como pasa en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Para esos fines la actual familia gobernante ha procedido a controlar los poderes del estado y además crear relaciones de apoyo externo que suscriban ese pacto de eliminación de la democracia y un absoluto apoyo a la dictadura resultante y que además se cubran las impunidades y las acciones de irregulares elecciones que les permita perpetuarse en el poder.
Es por eso que no sorprende las acciones del gobierno al crear las relaciones con la República Popular China en desmedro de la República de Taiwán; no se trata de una decisión que tenga relación alguna con la economía pues de todos es sabido el apoyo económico que Taiwán durante muchos años le ha dado a Honduras.
Las relaciones entre Honduras y Taiwán data desde el año de 1941 cuando se establecieron relaciones diplomáticas con un firme compromiso de lealtad y hermandad. Esa lealtad ha sido un componente permanente y noble por parte de Taiwán mediante la ayuda o apoyo financiero en el presupuesto de Honduras que actualmente ascendía a US$ 68 millones anuales e incluso sumas adicionales cuando el país enfrentó desastres naturales.
Desde el inicio de la pandemia del COVID-19, Taiwán ha sido el primer país en estar presente con apoyo financiero, insumos y equipos médicos, ambulancias, mascarillas quirúrgicas, pruebas (PCR, de antígenos y rápidas), cámaras termográficas y ventiladores mecánicos, entre otros. También tras la tormenta Eta e Iota Taiwán donó US$3 millones a Honduras como ayuda humanitaria para los damnificados; además ha contribuido en construcción y remodelación de aulas, hospitales, donaciones de útiles escolares, etc.
Para resaltar mas también debe reconocerse las becas para estudios de hondureños en Taiwán y que solo en le 2022 fueron 49 los estudiantes becados; todos esos beneficiarios han expresado, algunos entre llantos, su preocupación de perder sus becas.
La importancia de Taiwán, para Honduras y para la región, es mucho mayor pues desde 1992 ese país ha aportado capital al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE); a febrero de 2023 Taiwán es el país extrarregional con mayor participación accionaria (11.4%), cuenta con un capital suscrito de US$776.3 millones. Estos aportes y apoyo fue un factor clave que permitió especialmente que el BCIE obtuviera la más alta calificación crediticia en América Latina. Además en 2020, gracias a Taiwán el BCIE obtuvo en el mercado de capitales de Taiwán, US$2.274millones; esos recursos han servido especialmente para el financiamiento a los países centroamericanos.
Para más ilustración y evidenciar los falsos razonamientos expresados por el canciller de Honduras se le debe recordar que las exportaciones a Taiwán, bajo el régimen de libre comercio con ese país, alcancen un nivel de exportaciones anuales de más de 100 millones de dólares y han seguido creciendo cada año. Esta cifra, haciendo un comparativo, está muy por encima de los 24.7 millones de dólares que representaron las exportaciones a la República Popular de China para ese mismo
año. Nos preguntamos que pasará con ese convenio ahora que Honduras ha roto relaciones con Taiwán y que pasará con las empresas exportadoras y sus trabajadoras.
Además de la evidencia de que con la República Popular de China ya hay relaciones económicas y también a través del Industrial and Commercial Bank of China ya se habían financiado $298 millones en una primera represa Patuca III en el este de Honduras inaugurada en enero de 2021.
Es indudable que la decisión corresponde únicamente a intereses políticos y al alineamiento con la ideología comunista; estos actos podría poner en peligro la ayuda que Estados Unidos de Norte América otorga al país; o será que en su ceguera y odio político no se han dado cuenta que este es el principal socio comercial; es el país donde, además por situación geográfica, van nuestra mayor cantidad de exportaciones; país que alberga la mayor cantidad de nuestros migrantes y donde viven 57,000 residentes bajo protección temporal del TPS.
Esas decisiones ponen ahora en riesgo la estadía de esos compatriotas que fueron acogidos por USA para residir y trabajar en forma temporal por razón de desastres naturales en Honduras. Por otra parte el país subsiste por las remesas que los trabajadores hondureños en ese país remiten constantemente a Honduras y que en el año 2022 ascendieron a US$8,700 millones.
Las ultimas noticias apuntan a que a cambio de establecer las relaciones con Pekín promete a Honduras tres represas y un canal ferroviario, que desde luego es un financiamiento y no una donación. Si no hay nada más en esa promesa nos preguntamos cómo Honduras solucionará el problema de la deuda externa que fue el principal y motivo que condujo a la ruptura con Taiwán.
Lo peor imagen que mutila todo honor es el haber solicitado a Taiwán US$2500 millones para seguir manteniendo sus relaciones diplomáticas con Honduras; una solicitud que solo aparenta una justificación para una decisión que ya había sido tomada, esos es vergonzoso.
O será que recurriremos a la fraseología de exigir soberanía y negársela a otros estados y negarle también al pueblo que es el soberano a decidir por sí mismo un destino tan incierto. Eso es jugar a la política con los intereses y el bienestar de los hondureños. Para eso no se les eligió.
Solo queda expresar a Taiwán la gratitud por su ayuda y lealtad para con el pueblo de Honduras y el reconocimiento a sus funcionarios que pasaron por este país que dejaron un ejemplo de ética y solidaridad y puntualidad en todos sus actos. /Rene Raudales