*** Nácher también hizo un llamado a un incremento de las vocaciones religiosas en la Iglesia.
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras[/su_heading]
El arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher, expresó el domingo su preocupación por el predominio del lujo, la ostentación y la vanidad en la sociedad actual, abogando por una vida de sobriedad como una forma de rebelión.
Nácher también hizo un llamado a un incremento de las vocaciones religiosas en la Iglesia.
“Un estilo maderable y austero de vivir es en sí mismo un anuncio del evangelio de Jesús, las formas son en sí un mensaje. En medio de un mundo de derroche, de ostentación y vanagloria, una vida sobria supone un potente mensaje de rebeldía”, reflexionó el presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH).
El prelado subrayó la importancia de la misión evangelizadora de la Iglesia, que consiste en llevar la palabra de Dios a todas las personas del mundo.
En este contexto, Nácher urgió a un mayor número de personas a dedicarse al servicio de la Iglesia y a adoptar una vida sobria como señal de rebeldía ante las tendencias materialistas del mundo moderno.
La sobriedad, la moderación y la austeridad, según el arzobispo, representan un mensaje de coherencia y obediencia a los preceptos de Jesús.
“Evangelizadores dejad claro que nada buscáis para vosotros, ni dinero, ni honra, ni agradecimientos, el vestido de la sobriedad es el complemento perfecto para las sandalias de la misión, necesitamos misioneras y misioneras, hombres y mujeres que renuncian a todo para servir a la misión de Dios”, cerró.
José Vicente Nácher hizo hincapié en la necesidad de mantener una vida sencilla y austera como un reflejo de los valores del evangelio y un acto de resistencia frente a los excesos contemporáneos.
La sobriedad, afirmó, no solo es una virtud cristiana, sino también una forma de protesta contra una cultura que valora el lujo y la ostentación por encima de los principios espirituales.
El arzobispo concluyó su homilía con un ferviente llamado a los fieles para que adopten una vida sobria y se comprometan a la misión de la Iglesia, llevando el mensaje de Jesús a todos los rincones del mundo. OB/Hondudiario