*** A pesar de los golpes del clima, la fe y la devoción de los peregrinos continúan siendo el motor que los impulsa a participar en esta tradición centenaria.
El jefe de Alerta Temprana de la Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco), Juan José Reyes, informó que están preparados para atender a los aproximadamente 1.5 millones de hondureños que visitarán la Basílica de Suyapa este fin de semana.
Reyes advirtió sobre las condiciones climáticas que podrían afectar la región durante la celebración. “Para este fin de semana podríamos tener la incidencia de una vaguada prefrontal, y no descartamos que en el Distrito Central se presenten chubascos en horas de la tarde o noche, aunque no serán cantidades elevadas”, explicó.
Además, el funcionario recomendó a los fieles tomar precauciones ante las bajas temperaturas, especialmente durante la noche y la madrugada.
“Las temperaturas se vuelven muy frescas en esas horas, por lo que es importante que las personas que asistan lleven abrigos y cuiden a quienes padecen cualquier tipo de enfermedad”, señaló.
Reyes aseguró que todas las instituciones que conforman la Comisión Nacional de Prevención en Movilizaciones Masivas (Conapremm) han coordinado un operativo integral para garantizar la seguridad y el bienestar de los asistentes.
“Hemos montado un operativo importante para atender a quienes llegan desde el interior del país y se quedan para la alborada”, afirmó.
Entre las medidas implementadas, se han habilitado carpas con asistencia médica para atender cualquier emergencia que pueda presentarse durante la celebración.
“Recomendamos a los fieles buscar asistencia médica en caso de necesitarla, ya que estará disponible en las carpas habilitadas”, agregó Reyes.
Fe y devoción
Miles de hondureños provenientes de diferentes regiones del país han comenzado a llegar a la Basílica de Suyapa, en Tegucigalpa, para celebrar el 278 aniversario del hallazgo de la Virgen de Suyapa, Patrona de Honduras. La festividad, que se lleva a cabo cada año, reúne a devotos que pernoctan en campamentos improvisados en los alrededores del santuario, con el objetivo de participar en la tradicional alborada.
Los feligreses, muchos de los cuales viajan desde comunidades rurales y ciudades lejanas, instalan carpas y tiendas de campaña en las afueras de la Basílica. Estas estructuras temporales se convierten en su hogar durante los días de celebración, donde comparten alimentos, oraciones y cantos en honor a la Virgen. La alborada, un evento central de la festividad, marca el cénit de las actividades religiosas con música, danzas y rezos al amanecer.
A pesar de los golpes del clima, la fe y la devoción de los peregrinos continúan siendo el motor que los impulsa a participar en esta tradición centenaria, que refuerza la identidad cultural y religiosa de Honduras. OB/Hondudiario
