*** Las secuelas de ETA y IOTA fueron devastadoras, especialmente en La Lima, donde sus 90,000 habitantes fueron afectados por las inundaciones; aún hay miles en la calle.
[su_pullquote]Por: Josué Quintana Gómez[/su_pullquote]
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras [/su_heading]
Desde que comenzaron las lluvias e inundaciones por el ciclón tropical ETA, a inicios de noviembre (2020), la vida cambió para miles de familias en los municipios del Valle de Sula, norte de Honduras, que seguidamente tuvieron que resistir a otra llena de IOTA.
Luego de tres meses fuera de lo que antes eran sus casas, muchas arrasadas en su totalidad por los ríos Chamelecón y Ulúa, unos pocos sigue albergados en dos centros educativos de La Lima, Cortés.
Jorge Hernández, coordinador de albergues, detalló que unas 75 familias limeñas siguen refugiadas en el Instituto Patria y aún no pueden retornar a sus colonias porque muchas “lo perdieron todo”, mientras que otras no regresan porque sus casas siguen llenas de lodo.
En el Centro Básico Manuel Bonilla, centro de La Lima, también hay unas 70 personas albergadas y urgen de alimentos, la mayoría tiene sus casas en la borda del Chamelecón, en la colonia Canaán que es una zona en litigio o regularización.
Los albergados son una pequeña fracción pues según la alcaldía de La Lima los 90,000 habitantes fueron afectados por las inundaciones.
“Las colonias en la parte baja como la San José, Flor de Oriente, Samaritano, Cruz de Valencia y El Paraíso, fueron lugares devastados. Todo el municipio fue golpeado por la madre naturaleza; le pedimos a Diosa todos los días fuerza y fortaleza, para poder sacar nuestro municipio adelante”, dijo Hernández.
En el bulevar una trocha del bulevar que une a las ciudades de San Pedro Sula aún hay miles de personas, que viven en chozas improvisadas, duermen en la calle y comen cuando hondureños de buen corazón les dan “un bocado”.
Los afectados en el albergue y en la calle pidieron al gobierno central y municipal darles respuestas con mayor celeridad, pues viven “una tremenda criris” y urgen de “una solución, de ayuda”.
Un Ulúa feroz
Entretanto, en la ribera del río Ulúa siguen en aprietos los vecinos del sector La Democracia, que sufrieron las inundaciones provocadas por ETA y IOTA el pasado mes de noviembre.
Estas personas se encuentran refugiadas en una trocha del Puente La Democracia y urgen “ayuda para poder limpiar sus casas y dejar de dormir en la calle”. Además, pidieron que se les faciliten estufas de gas para poder cocer varios alimentos que recibieron en calidad de donaciones pero no han podido cocinar.
De acuerdo a directivos del patronato durante las últimas semanas llegaron personas en nombre de “empresarios y políticos para ofrecernos asistencia y hasta reubicarnos”, pero estas personas “no andaban debidamente identificadas”.
Claman que no se juege con su necesidad y dignidad, ya que lo que más desean es irse de esa carretera donde ahora viven.
Maestros que atienden el Centro Básico de la zona dijeron que es urgente que los padres de familia reciban un teléfono inteligente para que sus hijos puedan iniciar el año escolar.
“Hay bastantes necesidades, como los kits escolares, una donación de celulares inteligentes y contar con internet porque esa sería la mejor herramienta para trabajar”, valoró Ivis Orellana, docente progreseña que atiende la zona. Fotos: Andrés Matute