*** El voto popular en la selección y elección del Gobierno del Estado; Y la participación real de la ciudadanía en apoyo y control del estado democrático del derecho.
Dr. H. Roberto Herrera Cáceres
I.- ELECCIONES PRIMARIAS E INTERNAS Y ELECCIONES GENERALES 2025: SU UNIDAD DE PROPOSITO DE SUPERAR POBREZA, SUBDESARROLLO, INSEGURIDAD HUMANA Y OTROS MALES PUBLICOS; Y ASEGURAR VIDA DIGNA Y TRABAJO DECENTE CON BIENESTAR INDIVIDUAL Y GENERAL; Y PROGRESO SOCIAL.
El 9 de marzo 2025, se realizará simultáneamente elecciones primarias para escoger los candidatos (as) – de cada partido político – a cargos de Presidente y Designados (as) a la Presidencia de la República, candidatos (as) a Diputados al Parlamento Centroamericano y a Diputados al Congreso Nacional, y a miembros de las Corporaciones Municipales; así como elecciones internas en los partidos políticos que así lo hayan previsto en sus Estatutos, para que sus afiliados (as) o simpatizantes seleccionen internamente, en esa misma fecha, sus propias autoridades.
Ocho meses después (30 de noviembre), se efectuarán las elecciones generales de los representantes de todo el pueblo, mediante su escogencia por la ciudadanía electora del Presidente (a) de la República, de los Designados (as) presidenciales; los Diputados (as) al Congreso Nacional y al Parlamento Centroamericano; y los (as) miembros de las Corporaciones Municipales.
En democracia, todos (as) los ciudadanos (as) tenemos derecho al sufragio que – como derecho y función pública que se ejerce mediante el cumplimiento del deber de votar, poniendo de manifiesto nuestra participación – como parte de la ciudadanía electora- en la selección de quienes, entre la ciudadanía, serán nuestros representantes para actuar como integrante del Gobierno que gestionará el Estado hacia su finalidad suprema que es el bien común de la hondureñidad, mediante la protección y promoción de la dignidad humana y los derechos que de ella derivan para todos (as) los habitantes y migrantes de Honduras.
En un Estado democrático y de Derecho, todo ello tiene su fuente en la Constitución de la República que garantiza – a la ciudadanía- la participación política en el funcionamiento del Estado de Honduras.
Para asegurar la realidad de esa participación ciudadana se reconoce constitucionalmente los partidos políticos legalmente inscritos como instituciones de derecho público. Hasta ahora – sin embargo – las dirigencias de los partidos políticos han generalmente seguido procedimientos contrarios a la democracia interna en los partidos y a la libre y directa participación de la ciudadanía en los asuntos del Estado.
II.- AUN CUANDO EL PASADO HAYA CONDICIONADO EL PRESENTE DE HONDURAS. NUESTRO FUTURO – COMO SOCIEDAD Y ESTADO – AÚN DEPENDE DE NOSOTROS: EL PUEBLO SOBERANO.
En la realización de elecciones primarias, internas y generales y de su comprensión en el sentido de su unidad hacia la elección de un buen gobierno para Honduras como Estado democrático y de Derecho con finalidad social: la ciudadanía debe y tiene el poder de corregir errores que han sido experiencias de elecciones realizadas y de malos resultados en el pasado: ejerciendo responsablemente su derecho al sufragio mediante su voto con vista al tiempo futuro, examinando y tratando esas elecciones como un todo indivisible que requiere votar consciente y libremente – en cada una de ellas sabiendo que son parte de un conjunto – y así contrarrestar o hacer frente a las arbitrariedades conocidas – de determinados actores y beneficiarios políticos y grupos con las mismas características o relacionados entre sí – en su línea de acción irregular conducente al control y captura del poder del Estado.
Control y captura que – casi siempre – comienza o se continúa por la corrupción de ciudadanos (as) en períodos electorales y se mantiene como influencia orientada al crecimiento de la captura sistémica del Estado en sus tres poderes y demás institucionalidad pública, por medio de ciudadanos (as) corruptos elegidos como gobernantes o de aquellos (as) que se corrompen ulteriormente o son ilegítimos e ilegales gobiernos autocráticos que sólo buscan beneficiar intereses personales, familiares, empresariales y particulares de otro tipo o naturaleza, valiéndose del pretexto de ser gobiernos formalmente democráticos.
La corrupción es parte de la historia. Ya existía antes de nuestra independencia y ha continuado – bajo formas diferentes – existiendo hasta la fecha, favoreciendo el avance actual del crimen organizado y otros males públicos; y obstaculizando el desarrollo sostenible para el bienestar del pueblo soberano de Honduras, cuya gran mayoría vive aún en la pobreza y en proximidad angustiante de ella. https://www.quienopina.com/honduras-herrera-crimen-organizado-penetro-al-estado/
Por lo que es tarea de toda la ciudadanía y, en general, de la población, la de aliarse cívicamente para vencer prontamente la corrupción, el crimen organizado e impunidad, y los otros males públicos; por medio de la unidad solidaria de la ciudadanía con el resto de la sociedad y con los buenos gobiernos, para generar bienestar general y progreso social, con seguridad humana y desarrollo sostenible para los (as) habitantes de todos los municipios del Estado de Honduras.
Para lograr y asegurar todo lo anterior, es indispensable la voluntad de cada ciudadano (a) y es cívicamente útil impulsarla a participar y apoyar más en los asuntos públicos, en la veeduría y control de los sucesivos gobiernos y, en especial, en ejercer más responsablemente su derecho al sufragio mediante el voto consciente, en forma directa y secreta, en las elecciones internas, primarias y generales; como expresión propia del libre ejercicio personal de su poder soberano que – unido al del resto de la ciudadanía – tiene la potencia del control legítimo sobre el poder político del Estado; y del cumplimiento del deber y de la responsabilidad de participar decididamente en la transformación de Honduras, para lo que todo gobierno electo debe estar siempre al servicio del bienestar y progreso social de todas y todos los habitantes de Honduras, como Patria de todos(as) los hondureños y hondureñas.
En esa dirección, del 2021 al año 2025, la cívica opinión pública pluralista converge en la necesidad de la transformación de Honduras mediante el cambio pacífico y verdaderas elecciones auténticas, genuinas, reales, confiables y verificables como condición esencial para la efectividad de la democracia pluralista y del Estado de Derecho, por auténtica autodeterminación electoral y participación real y genuina de la ciudadanía soberana en los asuntos concernientes a la gestión del Estado de Honduras.
https://proceso.hn/transformacion-de-honduras-por-la-ciudadania/ https://proceso.hn/errores-y-omisiones-en-las-elecciones-internas-primarias-y-generales/
En fin, para las elecciones de Honduras 2025, se requiere un entorno propicio para que la ciudadanía electora pueda ejercer plenamente sus derechos humanos bajo el orden público constitucionalmente garantizado, lo que patentiza aún más la necesidad de poner fin al estado de excepción, incesante e indebidamente renovado – ya por diecisiete veces – con escasos buenos resultados sobre la prevención, control y sanción del crimen organizado y con escasa incidencia significativa sobre el restablecimiento de la normalidad y de la garantía del disfrute de los derechos humanos fundamentales por todos (as) los habitantes. Además, ya es tiempo de cumplir la obligación estatal de contar con políticas públicas de seguridad democrática en Honduras. Por el Dr. Roberto Herrera Cáceres.