***Desde la llegada de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán al penal ADX Florence, el gobierno colocó allí a otros exmiembros del Cartel de Sinaloa: Alfredo Beltrán Leyva y Marco Antonio Paredes Machado. Se espera que esa cárcel reciba al recién capturado Rafael Caro Quintero.
Desde su apertura en 1994, la prisión de mayor seguridad de Estados Unidos, ADX Florence, jamás había tenido a tres narcotraficantes mexicanos en sus celdas. Se trata de un hito en un país que por décadas ha sentenciado a capos de alto perfil, pero los había colocado en distintos penales federales.
Osiel Cárdenas Guillén, quien fue el líder del Cartel del Golfo, fue el primer narco de México que estuvo en ADX Florence, donde permaneció de 2011 a 2019. Ahora se encuentra en una prisión de Indiana purgando una condena a 25 años tras las rejas por narcotráfico. Saldrá libre en 2028.
El mismo año que Cárdenas Guillén fue transferido a otra cárcel, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, quien era jefe de una facción del Cartel de Sinaloa, llegó a la zona más restringida de ADX Florence, la Unidad H, que alberga a terroristas y espías bajo un estricto régimen de vigilancia.
El 15 de marzo de 2021 llegó a esa penitenciaría Marco Antonio Paredes Machado, quien fue jefe de plaza en Agua Prieta, Sonora, del Cartel de Sinaloa. Y este año fue transferido Alfredo Beltrán Leyva, alias ‘El Mochomo’ y quien era uno de los líderes de la organización que fundaron sus hermanos.
En algún punto, estos tres capos estuvieron en la cúpula del Cartel de Sinaloa. Beltrán Leyva es primo de ‘El Chapo’, pero hubo una escisión por el arresto de ‘El Mochomo’ y le declararon la guerra a Guzmán.
Desde la recaptura de Rafael Caro Quintero, acusado del secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA Enrique ‘Kiki’ Camarena en 1985, se ha dicho que es posible lo pongan en una celda de ADX Florence. El exjefe del extinto Cartel de Guadalajara era el traficante más buscado del mundo y por su arresto se ofrecía una histórica cifra de 20 millones de dólares.
ADX Florence, en el estado de Colorado, alberga a 346 reclusos, considerados los más peligrosos del sistema penitenciario federal de EEUU. Todos ellos están confinados en celdas individuales o “unidades de control” durante 22 horas o más al día. Tienen mínimo contacto con el mundo exterior para evitar que ejerzan influencia o realicen amenazas.
Algunos de sus reclusos más infames son Ramzi Yousef, autor intelectual del atentado con bomba en 1993 contra el World Trade Center de Nueva York; el terrorista del maratón de Boston Dzhokhar Tsarnaev y Ted Kaczynski, apodado ‘Unabomber’. En sus celdas también han estado jefes de pandillas y miembros de la mafia italo-estadounidense.
La vigilancia en torno a ‘El Chapo’ Guzmán
‘El Chapo’ tiene permitido salir un par de horas cada día al patio del penal, pero allí lo colocan dentro de una jaula. Solo habla con el personal médico que entra a su celda. Sus llamadas telefónicas son limitadas y únicamente le ha escrito 13 cartas a su hermana Bernarda Guzmán, quien vive en México, y a sus hijas gemelas, de acuerdo con registros públicos.
Cada una de esas cartas ha sido leída con lupa por elementos de la Agencia Antinarcóticos de EEUU (DEA), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE). También escuchan en tiempo real, con el apoyo de un traductor, todas sus conversaciones telefónicas.
“He sufrido mucho”, “El trato que recibo es cruel e injusto”, “Me sirven poca comida y a menudo me quedo con hambre”, escribió ‘El Chapo’ en primera persona en un documento que forma parte de una demanda interpuesta en una corte de Colorado pidiendo que relajen dichas medidas de seguridad.
Al responder a la querella, el Buró de Prisiones (BOP) describió las normas del régimen para terroristas convictos (SAMs) que el gobierno le impuso al exjefe del Cartel de Sinaloa desde julio de 2019.
“Guzmán, el notorio ‘El Chapo’, es un preso como ningún otro… El alcance de los tentáculos de Guzmán fuera de la prisión hace que manejarlo sea una tarea excepcionalmente peligrosa y difícil”, lo describe un memorando del Departamento de Justicia (DOJ).
“Para Guzmán, la violencia es un asunto de familia. Cuatro de sus hijos, conocidos como los ‘Chapitos’, han sido acusados por sus roles en el cartel, pero siguen prófugos”, agrega el documento.
En un documento que el Buró de Prisiones (BOP) le envió a Guzmán en febrero le indica que el Distrito Este de Nueva York de la Fiscalía, el Distrito Sur de Florida, la DEA, el FBI y ICE habían solicitado a un tribunal que él continúe un año más vigilado dentro de las rigurosas normas SAM’s.
“Dado su estatus de liderazgo, sus tendencias violentas demostradas hacia cualquier amenaza para usted y su organización, y su historial de fugas de prisiones de máxima seguridad, el Distrito Este de Nueva York cree que, en ausencia de las reglas SAMs, sus comunicaciones o contactos sin restricciones con otras personas representan un riesgo sustancial de muerte o lesiones graves para la comunidad”.
Una regla del penal le permitiría comunicarse “solo durante ciertos tiempos predeterminados” con otros presos en la Unidad H, por lo cual es improbable que alguna vez converse con su enemigo Alfredo Beltrán Leyva o con su exjefe de plaza Marco Antonio Paredes Machado.
Fue sentenciado a cadena perpetua en una corte de Washington DC y se le exigió pagar $529 millones por haber traficado 27.9 toneladas de droga entre 2000 y 2012.
Alias ‘El Mochomo’ comenzó su carrera delictiva en alianza con ‘El Chapo’, fungiendo como jefe de uno de sus brazos armados y uno de sus operadores en el sureste mexicano. Pero ese lazo se rompió tras su arresto y comenzó una sangrienta guerra. Su hermano Arturo fue abatido por marinos mexicanos en Morelos en 2009, lo cual significó la debacle del cartel.
Por su parte, los detalles sobre el traslado de Paredes Machado, de 58 años, se conocen a través de una demanda interpuesta en su nombre hace unas semanas, reclamando que erróneamente lo identificaron como “el segundo” al mando en el Cartel de Sinaloa y como simpatizante del Estado Islámico (ISIS).
En la querella se indica que ningún otro jefe de plaza sentenciado en EEUU, ni capos con un nivel jerárquico más alto, llegaron a ADX Florence.
Cita a más de diez narcotraficantes que no enviaron a ese penal, incluyendo Benjamín Arellano Félix; exjefe del Cartel de Tijuana; su hermano Eduardo Arellano Félix; Juan José Quintero Payán, cofundador del Cartel de Juárez; Edgar Valdez Villareal, lugarteniente de los Beltrán Leyva; los hermanos Rodríguez Orejuela, fundadores del Cartel de Cali; Diego León, operador del Cartel del Norte del Valle; y Miguel Ángel Caro Quintero, hermano del recién capturado Rafael Caro Quintero.
A decir de los abogados de Paredes Machado, se trata de un castigo por no haber delatado a ‘El Chapo’, ni describir las operaciones de su cartel en la frontera. “(…) deja en claro que el gobierno transfirió al señor Paredes Machado a ADX para obligarlo a hablar con el gobierno”, describe la demanda.
Paredes Machado fue arrestado en 2011 cuando acompañaba a su esposa a una clínica en la Ciudad de México. Lo extraditaron en 2015, se declaró culpable de importación ilegal de marihuana y cocaína, y lo sentenciaron a 22 años de prisión. Su liberación está programada para el 10 de octubre de 2029. Univisión/Hondudiario