*** Honduras logró reducir en un 10 por ciento la vulnerabilidad alimentaria en los dos últimos años, informó la SAG.
La representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Honduras, Stephanie Hochstetter, confirmó a Hondudiario que “sí ha bajado” la inseguridad alimentaria en el país, al contrastar con el informe de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), que reportó una reducción del 10 por ciento gracias al fortalecimiento de la producción agrícola y la alimentación escolar.
No obstante, aclaró que “son varios los estudios que tratan de la inseguridad alimentaria nutricional”.
Como resultado de las políticas públicas y la inversión en programas de seguridad alimentaria, Honduras logró reducir en un 10 por ciento la vulnerabilidad alimentaria en los dos últimos años, informó la SAG.
Según datos de la Clasificación Integrada de las Fases (CIF), la inseguridad alimentaria y nutricional (INSAN) en Honduras ha disminuido de un 28 por ciento en 2022 a un 18 por ciento en agosto de 2024. Estos resultados son aún más destacados si se comparan con la tendencia regional.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), señala que entre 2022 y 2023, América Latina redujo los niveles de inseguridad alimentaria moderada o grave al pasar del 31.4 por ciento al 28.2 por ciento de la población afectada, lo que equivale a 187.6 millones de personas.
La ministra de la SAG, Laura Suazo, manifestó en declaraciones recientes que, “el éxito de Honduras se atribuye a un enfoque integral que abarca diversos sectores, entre ellos el fortalecimiento de la producción agrícola, la implementación de programas como el Bono Tecnológico Productivo y la alimentación escolar”.
“También, se ha promovido la producción de cultivos más nutritivos y resistentes a las condiciones climáticas adversas, como el maíz y el frijol biofortificados”, agregó Suazo.
Sobre estos porcentajes, Hochstetter desconoció los resultados específicos de la SAG, pero sí confirmó la reducción de la inseguridad alimentaria.
Aun así, reveló a Hondudiario de una reunión sostenida con la ministra Suazo, a “puerta cerrada” e “informativa para discutir los datos y proporcionarle el detalle de cómo se recolecta la data”, relacionada a la seguridad alimentaria en el país.
“Sí ha bajado, pero son varios los estudios que tratan de la inseguridad alimentaria nutricional y por eso mismo se acordó con la ministra que se iba a organizar eventualmente un evento público para explicar cómo se recolecta la data, a qué se refiere la data y eso va a haber en unos dos meses”, reiteró.
Poblaciones vulnerables
World Vision Honduras y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) presentaron este martes los resultados del Estudio de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Género en poblaciones indígenas y afrodescendientes de Honduras. El objetivo del estudio es contribuir a la formulación de proyectos que mejoren la alimentación en las zonas abordadas.
El análisis, realizado en 779 hogares, incluyó a 157 niños menores de 24 meses y 612 mujeres de entre 15 y 49 años de las etnias Garífuna, Lenca, Maya-Chortí y Miskito. Las comunidades evaluadas se encuentran en los departamentos de Atlántida, Colón, Copán, Lempira, Intibucá, La Paz y Gracias a Dios.
Al respecto, Stephanie Hochstetter, representante del PMA, declaró a Hondudiario que en Honduras “hay muchos” desafíos relacionados con la seguridad alimentaria, pero que en esta oportunidad “nos enfocamos en el desafío de las mujeres de comunidades afrodescendientes e indígenas, porque es una población que es más vulnerable que las demás por su doble condición”.
Hochstetter añadió que no solo enfrentan los efectos que impactan directamente en la pobreza, sino que además “están en desventaja por ser mujer, por ser afrodescendientes o indígenas”. A la pregunta sobre cuál de los grupos étnicos fue más afectado, afirmó: “Todos, en diferente grado, tienen afectaciones diferentes”.
La representante del PMA explicó que, en algunas comunidades, se requiere mejorar el acceso al agua. “Ahorita escuchábamos que el pueblo misquito, por las mujeres misquitas, tienen agua de pozo. Los garífunas compran agua. Entonces, difiere, y por eso dependía de la comunidad o la localidad o el departamento donde se quiera trabajar”, comentó.
Además, subrayó la importancia de adaptar las medidas a cada comunidad, evitando aplicar soluciones generales que podrían ser contraproducentes. OB/Hondudiario