*** El estudio también permitió identificar que la población misquita es la más afectada.
El especialista en inseguridad alimentaria de Visión Mundial, Lesther Mejía, señaló a Hondudiario que el principal factor crítico que incide “hoy por hoy” en la inseguridad alimentaria en el país es el “acceso” a los alimentos, y no pasa tanto por la producción de la comida.
Visión Mundial y el Programa Mundial de Alimentos presentaron un estudio sobre la seguridad alimentaria en el país, realizado entre octubre y diciembre de 2023. La investigación abarcó 779 hogares pertenecientes a las etnias garífuna, lenca, maya chortí y misquita en siete departamentos de Honduras.
“Sabemos que con frecuencia estas poblaciones son de las más vulnerables y por eso sentimos la necesidad de investigar cuáles son sus principales carencias, para poder ajustar nuestras intervenciones”, explicó Mejía a Hondudiario.
El especialista señaló que el estudio fue denominado “Seguridad alimentaria, nutrición y género en poblaciones indígenas y afrodescendientes” y que se desarrolló en los departamentos de Copán, Lempira, Intibucá, La Paz, Atlántida, Colón y Gracias a Dios, regiones con una mayor representación de estos grupos.
En cuanto a los resultados, Mejía destacó que se ha medido “la seguridad alimentaria aguda de las familias, es decir, una fotografía de su situación en un momento específico”.
Uno de los hallazgos más importantes del estudio, según Mejía, es la necesidad de ajustar los enfoques de los programas y proyectos que se implementan, tanto por parte del gobierno como de organizaciones no gubernamentales.
“Cada grupo presenta diferentes vulnerabilidades”, afirmó Mejía. “Por ejemplo, en el caso de los misquitos, el acceso a los alimentos está ligado a la cadena de abastecimiento, mientras que, en el caso de los garífunas, los problemas están más relacionados con la educación alimentaria y nutricional”.
El estudio también permitió identificar que la población misquita es la más afectada, con más del 30 por ciento de sus miembros en situación de inseguridad alimentaria nutricional. Los maya chortí y los lencas presentan tasas superiores al 20 por ciento, mientras que los garífunas tienen una menor incidencia de inseguridad alimentaria, explicó Mejía.
No obstante, el especialista indicó que entre las mujeres garífunas en edad fértil se han detectado altos niveles de sobrepeso y obesidad, lo que requiere un seguimiento específico.
En agosto del año pasado, Visión Mundial participó en la Clasificación Integrada de la Inseguridad Alimentaria, la cual reveló que 2,4 millones de personas se encontraban en esa situación.
“Hoy, comparando con el mismo periodo, tenemos 1,9 millones de personas en inseguridad alimentaria, lo que significa que más de medio millón de personas han salido de esa línea”, precisó Mejía.
El especialista destacó que esta mejora está relacionada con las intervenciones de diversas organizaciones y la apertura de las comunidades a recibir ayuda. Sin embargo, advirtió que Honduras es un país “sumamente vulnerable” y que una crisis podría revertir los avances logrados.
El acceso, problema clave
“El acceso sigue siendo el problema clave”, subrayó Mejía. Las personas que no producen alimentos o no tienen un huerto en casa enfrentan dificultades para acceder a ellos, lo cual está directamente relacionado con la generación de ingresos, expuso el experto.
Además, señaló que la educación alimentaria y nutricional, así como la reducción del consumo de alimentos procesados, son retos importantes que el país debe enfrentar.
“El principal reto que hoy por hoy la seguridad alimentaria nos presenta está más ligado a la generación de ingresos del país. Y luego, el otro tema es el tema de educación alimentaria nutricional, de reducir el consumo de alimentos altamente procesados, de mejorar nuestra intensidad de la dieta, son los principales retos que hemos encontrado”, remarcó.
Finalmente, Mejía hizo un llamado a todas las instituciones involucradas en la seguridad alimentaria a revisar las intervenciones que están llevando a cabo y preguntarse si realmente están respondiendo a las necesidades de estas poblaciones.
Resultados
Un reciente informe divulgado en Tegucigalpa destaca que el 65 por ciento de las familias indígenas misquitas de Honduras vive bajo condiciones de inseguridad alimentaria moderada o severa. Además, se subraya que el 71 por ciento de las mujeres de esta comunidad, mayores de 20 años, sufren de sobrepeso u obesidad.
El estudio también arroja datos preocupantes sobre las comunidades lencas y maya chortí, donde el 36 por ciento de los hogares enfrenta inseguridad alimentaria en grados moderados o severos. En contraste, solo el 12 por ciento de los hogares garífunas se encuentran en esa misma situación.
El documento subraya que las familias lenca y maya chortí encabezadas por mujeres presentan una vulnerabilidad considerablemente mayor a la inseguridad alimentaria. En las comunidades misquitas, sin embargo, los hogares liderados por hombres resultan ser los más afectados.
Respecto al acceso a alimentos, el informe resalta que el 94 por ciento de las familias garífunas tiene un consumo adecuado, en comparación con el 76 por ciento de los mayas chortí, el 66 por ciento de los lencas y apenas el 39 por ciento de los misquitos.
Además, se advierte que las malas condiciones sanitarias y los fenómenos climáticos adversos son factores que contribuyen a que el 65 por ciento de los niños menores de cinco años padezcan infecciones respiratorias agudas, mientras que el 29 por ciento sufre enfermedades diarreicas.
Se reduce la inseguridad alimentaria
La representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Honduras, Stephanie Hochstetter, confirmó a Hondudiario que “sí ha bajado” la inseguridad alimentaria en el país, al contrastar con el informe de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), que reportó una reducción del 10 por ciento gracias al fortalecimiento de la producción agrícola y la alimentación escolar.
No obstante, aclaró que “son varios los estudios que tratan de la inseguridad alimentaria nutricional”.
Como resultado de las políticas públicas y la inversión en programas de seguridad alimentaria, Honduras logró reducir en un 10 por ciento la vulnerabilidad alimentaria en los dos últimos años, informó la SAG.
Según datos de la Clasificación Integrada de las Fases (CIF), la inseguridad alimentaria y nutricional (INSAN) en Honduras ha disminuido de un 28 por ciento en 2022 a un 18 por ciento en agosto de 2024. Estos resultados son aún más destacados si se comparan con la tendencia regional.
Sobre estos porcentajes, Hochstetter desconoció los resultados específicos de la SAG, pero sí confirmó la reducción de la inseguridad alimentaria.
Aun así, reveló a Hondudiario de una reunión sostenida con la ministra Suazo, a “puerta cerrada” e “informativa para discutir los datos y proporcionarle el detalle de cómo se recolecta la data”, relacionada a la seguridad alimentaria en el país.
“Sí ha bajado, pero son varios los estudios que tratan de la inseguridad alimentaria nutricional y por eso mismo se acordó con la ministra que se iba a organizar eventualmente un evento público para explicar cómo se recolecta la data, a qué se refiere la data y eso va a haber en unos dos meses”, reiteró. OB/Hondudiario